El inicio de este año ha presenciado un considerable aumento en la recaudación del impuesto sobre sociedades, incrementando las arcas públicas españolas en 8.900 millones de euros en abril, lo que supone un incremento del 25% en comparación con 2022, marcando un máximo sin precedentes. Este crecimiento no solo es una buena noticia para Hacienda sino también un indicativo del volumen de beneficios que las grandes empresas y grupos empresariales han obtenido en el arranque del año.

A modo ilustrativo, hay que destacar que, según la Agencia Tributaria, los grupos consolidados (empresas con una matriz común que tributan conjuntamente) aumentaron sus beneficios un 20% en términos interanuales, mientras que las grandes empresas lo hicieron un 15%.

Ante este panorama de creciente beneficio empresarial, desde MoneyOak consideramos crucial el papel de las deducciones fiscales por investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) así como el IP-BOX como fórmulas de ahorro fiscal. Estos dos mecanismos, son una clara oportunidad de reducir la carga impositiva, fomentando a su vez la inversión en actividades innovadoras y estimulando el desarrollo económico del país.

En medio de la crisis inflacionaria, los beneficios empresariales se han convertido en un punto de discusión frecuente entre Gobiernos, sindicatos y empresarios. Los sindicatos argumentan que estos beneficios son excesivos y contribuyen a alimentar la inflación, mientras que los empresarios defienden que son necesarios para la inversión y la generación de empleo.

Ante las divergentes opiniones, hay que plantear cómo las deducciones fiscales por I+D+I y el IP-Box pueden contribuir a mitigar este escenario. Estos incentivos fiscales permiten a las empresas reducir su factura fiscal, incentivándolas a reinvertir en actividades de investigación y desarrollo, lo cual no solo es beneficioso para su propio crecimiento sino también para el desarrollo económico general.